Ministerio Católico de Evangelización
Yo soy el Buen Pastor; conozco las mía y las mías me conocen a mi.Juan:10,14
Bienvenidos al Ministerio de Evangelización "El Buen Pastor"
Este web a sido creado con la intención de dar a conocer las maravillas de Nuestro Señor Jesucristo, lo que hace en nuestras vidas a nivel personal, como grupo y comunidad. Recora y mire nuestras actividades, documentales de nuestra fe, videos y audio conferencias de nuestra comunidad y de otros hermanos en la fe y de otras comunidades. Que Dios te Bendiga y el Fuego del Espiritu Santo se derrame en tu vida y en la te tu familia. Amen
La Santa Sede
Documentos del Magisterio, Audiencias papales, actividades del papa, Textos fundamentales como; La Santa Biblia, El Concilio Vaticano II, El Catecismo de la Iglesia Católica, El Compendio del Catecismo, El Derecho Canonico y mucho más......
Camino de Discípulo - Audios enseñanzas de crecimiento espiritual
Camino de Discípulo: "La ley de la gracia": Audio-enseñanza sobre "La ley de la gracia" por el hno Osvaldo Rios de la comunidad de Santa María Plainfield NJ a los hnos de...
V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.Himno: SENTENCIA DE DIOS AL HOMBRE Sentencia de Dios al hombre antes que el día comience: «Que el pan no venga a tu mesa sin el sudor de tu frente.
Ni el sol se te da de balde, ni el aire por ser quien eres: las cosas son herramientas y buscan quien las maneje.
El mar les pone corazas de sal amarga a los peces; el hondo sol campesino madura a fuego las mieses.
La piedra, con ser la piedra, guarda una chispa caliente; y en el rumor de la nube combaten el rayo y la nieve.
A ti te inventé las manos y un corazón que no duerme; puse en tu boca palabras y pensamiento en tu frente.
No basta con dar las gracias sin dar lo que las merece: a fuerza de gratitudes se vuelve la tierra estéril.» Amén.SALMODIAAnt 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS El malvado escucha en su interior un oráculo del pecado: «No tengo miedo a Dios, ni en su presencia.» Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición, renuncia a ser sensato y a obrar bien; acostado medita el crimen, se obstina en el mal camino, no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo, tu fidelidad hasta las nubes, tu justicia hasta las altas cordilleras; tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales; ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!; los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa, les das a beber del torrente de tus delicias, porque en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen, tu justicia con los rectos de corazón; que no me pisotee el pie del soberbio, que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores; derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt 16, 2-3. 15-19 ¡Alabad a mi Dios con tambores, elevad cantos al Señor con cítaras, ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza, ensalzad e invocad su nombre! porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras, su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo: Señor, tú eres grande y glorioso, admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación, porque tú lo mandaste y existió; enviaste tu aliento y la construiste, nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes, las peñas en tu presencia se derretirán como cera, pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones; El nos escogió por heredad suya: gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo: tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham; porque de Dios son los grandes de la tierra, y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de júbilo.LECTURA BREVE Tb 4, 16-17. 19-20 No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. Da de tu pan al hambriento y da tus vestidos al desnudo. Busca el consejo de los prudentes. Bendice al Señor en toda circunstancia, pídele que sean rectos todos tus caminos y que lleguen a buen fin todas tus sendas y proyectos.RESPONSORIO BREVEV. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Dame vida con tu palabra. R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.PRECESDemos gracias a Cristo y alabémoslo porque ha querido santificarnos y llamarnos hermanos suyos; digámosle, pues, confiados:
Santifica, Señor, a tus hermanos.
Concédenos, Señor, consagrar el principio de este día en honor de tu resurrección y haz que todos los trabajos que realicemos durante esta jornada te sean agradables.
Haz que sepamos descubrirte a ti en todos nuestros hermanos, sobre todo en los tristes, en los más pobres y en los que son menos útiles a los ojos del mundo.
Tú que para aumentar nuestra alegría y afianzar nuestra salvación nos das el nuevo día, signo de tu amor, renuévanos hoy y siempre para gloria de tu nombre.
Haz que durante este día estemos en paz con todo el mundo y que a nadie devolvamos mal por mal.Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:Padre nuestro...
ORACIONSeñor Dios, salvador nuestro, danos tu ayuda para que siempre deseemos las obras de la luz y realicemos la verdad: así, los que de ti hemos nacido en el bautismo, seremos tus testigos ante los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.CONCLUSIÓNV. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.
Carta de San Pablo a los Efesios 3,2-12. Hermanos:
Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes.
Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras.
Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo,
que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.
Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.
De este Evangelio, yo fui constituido ministro por el don de la gracia que recibí de Dios, en virtud de la eficacia de su poder.
Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo,
y poner de manifiesto la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas,
para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia.
Este es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús, nuestro Señor,
por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza, mediante la fe en él.
Libro de Isaías 12,2-3.4bcd.5-6. Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.
Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre.
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!
¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel!
Evangelio según San Lucas 12,39-48. Jesús dijo a sus discípulos: "Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse,
su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."
Reflexión:
Ef. 3, 2-12. Jesucristo es el Evangelio viviente del Padre. Por nuestra fe y nuestra unión a Él la humanidad entera se convierte en coheredera de la misma promesa en Jesucristo. La Iglesia no sólo es la portadora de este Mensaje de Salvación, sino que, por voluntad de su Señor, es la que distribuye la Gracia de Dios en favor de todas las gentes. Sin embargo no podemos proclamar el Nombre del Señor sólo desde nuestras imaginaciones, o desde nuestros estudios, por muy eruditos que estos sean, pues la salvación sólo es fruto del Espíritu de Dios, que habita en nosotros; Él es el único que puede hacer que la Palabra de Dios se encarne en nosotros y que su salvación no sea estéril en nuestra vida. El Señor, pues, nos quiere no como simples predicadores, sino como testigos de su Reino en el mundo. Por eso pidámosle al Señor que nos fortalezca y nos llene de su Luz para que vayamos y demos testimonio de lo que hayamos experimentado de su Amor y de su Vida en nosotros. Y puesto que también a nosotros, los más insignificantes de todos los fieles, Dios nos ha elegido para dar testimonio de la Verdad, cumplamos amorosa y fielmente este designio de salvación de Dios sobre nosotros.
Is. 12, 2-6. Dios ha sido grande para con nosotros. Pues a nosotros, que antes estábamos lejos, ahora nos ha hecho cercanos a Él. Él nos ha injertado a Jesús, su Hijo, por medio de la fe y del Bautismo. Ahora ya no somos extraños ni advenedizos, sino hijos de Dios. Por eso démosle gracias e invoquemos su Nombre, pues Él nos amará siempre y jamás dejará que seamos vencidos por el pecado y la muerte, si en verdad confiamos en Él y le somos fieles. Sabiéndonos amados por Dios; habiendo recibido la gran prueba de su amor al ser perdonados gracias a la muerte de su Hijo, contemos a los pueblos sus hazañas, pues Él se levantó victorioso sobre nuestro pecado y nuestra muerte librándonos de todo aquello que nos condenaba en su presencia. ¿Acaso alguien nos ha amado más que Él? En verdad que Dios ha sido grande con nosotros. Bendito sea su Nombre por siempre entre nosotros.
Lc. 12, 39-48. El Señor llegará a la hora más inesperada. Por eso debemos siempre estar preparados, dispuestos a ser recibidos por Él en las moradas eternas. Y esto no es algo que competa a los que Dios ha puesto al frente de su Iglesia, sino a toda la Iglesia. Vivir vigilantes en la presencia de Dios no puede concretarse a orar y a llevar personalmente una vida digna. Es necesario que todos los bienes que Dios nos ha comunicado y confiado los pongamos al servicio de los demás, para que todos puedan comenzar a disfrutar, ya desde ahora, de ellos. El mundo entero, a través de la historia, debe experimentar el amor salvador de Cristo por medio de su Iglesia. A nosotros corresponde continuar en la historia esa obra de amor y de salvación que Dios ofrece a todos. Por eso aprendamos a orar como discípulos, escuchando al Señor y pidiéndole que nos conceda su gracia para trabajar decididamente por su Reino. Dios nos ha confiado mucho y nos exigirá mucho más, pues su Espíritu Santo va guiando nuestra vida y nuestras obras; no apaguemos al Espíritu Santo que habita en nosotros.
Todos somos convocados en Cristo para hacernos uno con Él y participar, con Él, de la herencia que le corresponde como a Hijo unigénito del Padre. El Hijo de Dios jamás dejó de ser el Siervo del Padre que se abajó como Servidor nuestro, entregando su vida para que fuera nuestro el perdón, la reconciliación y la Vida eterna. Él no entró en el descanso eterno sino después de haber cumplido fiel y amorosamente con la Misión que recibió del Padre. Y Él ahora nos convoca no sólo para hacernos participar de su Vida, de su Gracia, de su Amor y de su Paz. Él quiere que entremos en comunión de Vida y de Misión con Él; pues su Iglesia ha de continuar la obra del Siervo de Dios y Siervo del hombre, escuchando al Padre Dios y viviendo conforme a su voluntad; abriendo los ojos ante el hombre pecador e injustamente tratado para conducirlo a la participación y al gozo de una vida digna de hijo de Dios, a la que tiene derecho ya desde esta vida. Por eso la participación en la Eucaristía es todo un compromiso de amor que se debe traducir en obras en favor del bien de nuestro prójimo. Sólo así podremos decir que estamos cumpliendo con la misión de repartir los bienes de la gracia a su debido tiempo a todas las gentes.
En otra parte del Evangelio se nos habla de las doncellas que pedían aceite a sus compañeras, pues sus lámparas se les estaban apagando. Pero se les negó ese favor pues nadie puede descargar la responsabilidad de la propia vivencia de la fe y del amor en las obras de los demás. Cada uno de nosotros es responsable de que el Evangelio se extienda a más y más gentes. No es sólo la cabeza la que ha de trabajar en este aspecto, sino el cuerpo completo. Y nadie puede bajar los brazos, nadie puede quedarse inmóvil en este aspecto, pues Cristo ha fundado su Iglesia como la Servidora a favor del Evangelio. Quien se gloríe de pertenecer a la Iglesia de Cristo no puede conformarse con orar y disfrutar de los dones de Dios; es necesario que cada uno vaya colaborando a la difusión del Evangelio, dando testimonio del mismo tanto con las palabras, como con las obras, las actitudes y la vida misma. Adentrémonos en nosotros mismos y reconozcamos la forma en que estemos viviendo nuestra fe. Veamos si sólo buscamos nuestra salvación de un modo personal y personalista, o si en verdad vivimos como Iglesia convertida en fermento de santidad en el mundo.
Roguémosle al Señor que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra madre, una manifestación más abundante de su Espíritu Santo en nosotros, de tal manera que, siendo dóciles a Él, podamos continuar construyendo el Reino de Dios, ya desde ahora, entre nosotros. Amén.
Homiliacatolica.com
El Santo Rosario en audio por las Hnas Siervas de los corazones traspasados de Jesús y María
La elección de Dios implica agradecimiento y responsabilidad pues es un llamado al servicio de la predicación de su gracia buscando la salvación de todos los pueblos. 00:06:49
Curso "Nuestra historia de salvación" - Introdución a la Sagrada Escritura" por el hno Osvaldo Rios de la comunidad de Santa María Plainfield NJ a los hnos del ministerio de la proclamación de la palabra comunidad de San José North Plainfield NJ.
Para escuchar los audio solo haga click en los enlaces: