Tema: Apertura al Espíritu, para lograr una vida plena en Cristo
Predicación dada en el grupo de oración "EL BUEN PASTOR" de North Plainfeld NJ el Viernes 7 de Mayo de 2010 Por Osvaldo Rios
En el evangélio según San Juan 14, 23 nos encontramos con una gran pregúnta, si realmente podemos amar al Señor, guardar su palabra, para que el Padre con el Hijo puedan hacer morada en nosotros. La respuesta es que si. Ahora bien, con la respuesta de esta pregunta nos encontramos con otra pregunta; Porqué dentro de nuestros grupos, ministerios y comunidades, existe esa mediocridad espiritual,.esa dejades, esa falta de amor a lo sagrado, esa donación, esa entrega total a Dios y a la iglesia, porqué ese relativismo espitritual, en donde tomamos lo que nos gusta y dejamos lo que no, tipo cafeteria? Porqué no podemos lograr esa vida plena, ese deseo de participal en la naturaleza divina propuesta por el apóstol San Pedro en su segunda carta 1,4?
Con la llegada del Verbo hecho carne, Dios, nos trae una nueva propuesta para la humanidad en Cristo Jesús. Esa novedad, esa nueva propuesta , se llama la GRACIA, EL DON, EL REGALO, SU SANTO ESPIRITU. Y nos preguntamos que es la Gracia. Gracia en griego (Kháris) es un don, un regalos. Por ejemplo Eucaristía (Eukharistía) acción de gracia, Karisma (Khárisma) un regalo. Un ejemplo de mayor relieve en la Sagrada Escritura, es cuando el ángel Gabriel llama a María "La llena de Gracia" (Kekharitoméne). Ahora bien, cómo y donde se nos concede o se nos dá esa gracia, o diríamos de que forma recibimos ese don, esa gracia. La respuesta está en los sacramentos de la iglesia, sacramentos que el mismo Cristo instituyó en su morada aqui en la tierra.
Ahora bien, que es un sacramento? Según el diccionario básico de la religión Católica de Mario Madrid-Malo Garizábal," son signos, perceptibles a través de los sentidos del hombre, que simbolizan una realidad superior y tienen, por institución divina, la virtud de producir la gracia santificante". Osea es un acto visible que representa un acto invisible y real que no vemos. En un acto sacramental, como el Bautismo, recibimos la gracia de Dios, el regalo, el Espíritu de Cristo, nos hacemos parte de su naturaleza divina. Y en la Eucaristía, que es el sacramento por exelencia, por que recibimos al mismo Cristo, es donde entra en plenitud la gracia. La pregunta siguienta sería, que sucede que hay tantos cristianos católicos que andan por las calles como sonbis ambulante que no se les nota que vive Cristo en sus vidas como San Pablo "no vivo yo es Cristo quien vive en mi", porqué no somos luz en este mundo, sal para dar sabor a nuestras familia y amigos, porqué no hay dirección en nuestras vidas.
El Padre Nelson Medina, O.P. lo explica de una forma muy amena y sencilla. El Don de la gracia, cuando lo recibimos en el sacramento del Bautismos, y luego confirmado en el sacramento de la confirmación, es un regalo que recibimos empacadito sin abrir. Por ejemplo, cuando a un niño se le regala un camionsito empacadito, él no siente la alegría de ese camionsito hasta el momento en que desempaca el regalo, así pasa con nosotros cuando recibímos el don de la gracia y no lo hemos desempacado todavía. Nesecitamos desempacar el don del Señor, su gracia, su poder, su Santo Espíritu, gozarnos como el niñito cuando desempaca el comionsito, brincar de alegria, por que por primera vez sentimos el amor inmenso del Señor Jesús. Y aquí es donde entra lo peculiar de la gracia , empesamos a reconocer la miseria de nuestras vidas, a crear conciencia de nuestro pecado, lo alejado que hemos estado del Señor, y comensamos a hacer tranformados por él mismo.
Romanos 8 nos dice San Pablo, que somos predestinados a reproducir la imagen de Cristo Jesús, y sin esta gracia no lo podemos hacer. El Concilio Vaticano II en la constitución Lumen Gentium # 40 nos dice que todos los fieles están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad. Y el Señor Jesús nos dice en Mt 5,48 "sean perfectos como es perfecto su Padre celestial". Estamos llamados a la perfección, a hacer verdaderos discípulos misioneros, como nos lo dice Aparecida, (Comisión Episcopal de america latina), pero sólo seremos verdaderos discípulos de Cristo, si hay una verdadera apertura al Espíritu, sinos dejamos llevar por el Señor, como el agua en el arollo, vamos a experimental esta sabrosura en el Señor, este sentir que lo tenemos todo, aunque no tengamos nada, ese sentir de la libertad verdadera en el Señor, que aunque tengamos mil problemas sentir una confianza de que estamos bajo la protección del maestro.
Santo Thomás de Aquino nos dejó en sus escrito que tenemos dos enemigos del alma; "el pecado, y la ignorancia". El pecado nos aleja de Dios, y la ignorancia no nos deja descubrir a Dios. Dice San agustin en sus escritos "que el que se aleja de Dios todo se aleja de él". Nesecitamos redescubrir de que forma el pecado se adueña de nosotros y no deja que la gracia que recibimos en los sacramentos permanesca contante en nosotros. Nesecitamos interiorisarnos para ver por donde está cogiando mi vida, si la peresa, los desanimos, la falta de voluntad, el no encontrarme con Jesús en su palabra, el no darme a la oración, están dandole estrada al pecado, y saliendo de mí la gracia que me santifica, y lo peor de todo, es que sin darnos cuenta nos vamos alejando Dios como nos cuenta la carta de Santiago 1,13-15, " Ninguno, cuando sea probado, diga: "Es Dios quien me prueba", porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie, sino que cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia. Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, una vez consumado engendra la muerte".
Nos damos cuenta de esta realidad y sin embargo no actuamos, y luego decimos , es que Dios no me bendice, y es que no hacemos nada para que Dios me bendiga. Dejemos que el Espíritu nos guie, nos transforme, que sea el propio Jesús que tome el timón de nuestro barco, solo dejate llevar por su gracia. El CIC dice en el #2013 que: "Este camino de perfeción de santidad, ésta apertura al Espíritu Santo se alcanza empleando nuestro esfuerzo, según la medida del Don de Cristo. Este crecimiento espiritual se dá en medida que nos vamos acercando a Cristo, y este camino de perfeción y santidad tiene que pasar por la cruz, sin muerte no hay resurreción, como nos dice San Pablo en 2 Timoteo,4 : No hay santidad sin renuncia y sin conbate espiritual. En la multiplicación de los panes, los apóstoles puciéron cinco panes y dos peces, tenemos que poner lo nuestro y el Señor pone lo demás. Es necesario pasar por el desierto para lograr escuchar la voz de Dios, para identificarla de tantas voces que tenemos en nuestro interior.
Tenemos que volver a reanudar nuestra experiencia en Cristo, como en las primeras comunidades. Qué era lo que hacían para lograr ésta apertura al Espíritu y lograr sentir a plenitud esta vida plena en Cristo? Veamos en Hechos 2,42; Se mantenían, constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Si nos damos cuenta, no es difícil buscar esa apertura al Espíritu, sólo tenemos que ser constante en cuatro pasos; 1- La formación, estudiar las enseñanzas de la Iglesia, el magisterio junto con nuestro Santo Padre. 2-La comunidad, necesitamos a nuestros hermano, necesitamos participar de la comunidad y en la comunidad. 3- Los sacramentos, éstos son la base de nuestra fe, son las fuente de gracia y como cumbre la SAGRADA EUCARISTIA. 4- La oración, sin la comunicación con el Señor, no hay encuentro, no hay esa relación de tu a tu.
Temino esta reflexión, con las palabras de Jesús, que le decía a Marta, la hermana de Lazaro, "NO TEDIGO QUE SI CREES VERAS LA GLORIA DE DIOS".
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