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martes, 22 de diciembre de 2015

"En tu presencia cada día" - para el Martes 22 de diciembre 2015


 MARTES DE LA SEMANA IV
Del Propio del día - Salterio IV

22 de diciembre 


LAUDES
(Oración de la mañana)

INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. El Señor está cerca, venid adorémosle. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: QUE VIENE CRISTO REPITEN.
Que viene Cristo repiten
con su clamor los profetas,
previniendo que la gracia
de la redención se acerca.

Se anuncia nuestro mañana,
los corazones se alegran,
anunciadores de gloria
miles de voces resuenan.

Fue el primer advenimiento
no de castigo ni de pena,
sino por curar heridas
salvando a quién pereciera.

Mas que ha de venir de nuevo
su venida nos alerta,
a coronar a los justos
y a darles la recompensa.

Luz perenne se nos brinda,
la salvación centellea,
y un resplandor nos convoca
a las mansiones etéreas.

Oh Cristo, anhelamos verte
cual Dios en visión perpetua,
porque este gozo será
bienaventuranza eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Saldrá el Señor de su santuario, y vendrá a salvar a su pueblo.
Salmo 100 - PROPÓSITO DE UN PRÍNCIPE JUSTO
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿Cuándo vendrás a mí?

Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.

Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.

Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.

Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ése me servirá.

No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.

Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Saldrá el Señor de su santuario, y vendrá a salvar a su pueblo.

Ant 2. Tenemos en Sión una ciudad fuerte: el Salvador ha puesto en ella murallas y baluartes; abrid las puertas que con nosotros está Dios. Aleluya.
Cántico: ORACIÓN DE AZARÍAS EN EL HORNO Dn 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
digno de alabanza y glorioso es tu nombre.

Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros
y todas tus obras son verdad,
y rectos tus caminos,
y justos todos tus juicios.

Hemos pecado y cometido iniquidad
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido.
Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.

Por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Israel, tu consagrado,
a quienes prometiste
multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.

Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.

En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.

Por eso, acepta nuestro corazón contrito,
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados;

que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.

Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tenemos en Sión una ciudad fuerte: el Salvador ha puesto en ella murallas y baluartes; abrid las puertas que con nosotros está Dios. Aleluya.

Ant 3. Conozca la tierra, Señor, tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
Salmo 143, 1-10 - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;

mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.

Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.

Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.

Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Conozca la tierra, Señor, tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
LECTURA BREVE   Is 45, 8
Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Tan pronto como tus palabras de saludo han resonado en mis oídos, la criatura ha dado saltos de contento en mi seno. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 
Tan pronto como tus palabras de saludo han resonado en mis oídos, la criatura ha dado saltos de contento en mi seno. Aleluya.
PRECES
Imploremos, hermanos, a Dios Padre, que ha enviado a su Hijo para salvar al mundo, y digámosle suplicantes:

Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Padre lleno de amor, no permitas que nuestra vida y nuestras obras rechacen a Cristo, tu enviado,
pues nuestra lengua lo proclama con fe plena.

Tú que enviaste a tu Hijo para salvación de los hombres,
aleja de nuestra nación y del mundo entero toda desgracia y todo dolor.

Que la tierra entera se alegre por la venida de tu Hijo,
experimentando cada día más la felicidad que en ti se encierra.

Concédenos, por tu misericordia, llevar ya desde ahora una vida sobria y religiosa,
mientras aguardamos la dichosa esperanza, la aparición gloriosa de Jesucristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el gozo que nos da el saber que Cristo viene para hacernos hijos de Dios, digamos al Padre:
Padre nuestro...

ORACION
Dios nuestro, que, compadecido del hombre caído y sentenciado a muerte, quisiste redimirlo con la venida de tu Hijo, concede a los que en esta Navidad han de postrarse ante él con humildad, para adorarlo hecho niño en Belén, que merezcan gozar eternamente de la compañía de su redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Primer Libro de Samuel 1,24-28. 
Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño.
Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí.
Ella dijo: "Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor.
Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y él me concedió lo que le pedía.
Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a él; para toda su vida queda cedido al Señor". Después se postraron delante del Señor.



Primer Libro de Samuel 2,1.4-5.6-7.8abcd. 
Mi corazón se regocija en el Señor,
tengo la frente erguida gracias a mi Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque tu salvación me ha llenado de alegría.

El arco de los valientes se ha quebrado,
y los vacilantes se ciñen de vigor;
los satisfechos se contratan por un pedazo de pan,
y los hambrientos dejan de fatigarse;
la mujer estéril da a luz siete veces,
y la madre de muchos hijos se marchita.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el Abismo y levanta de él.
El Señor da la pobreza y la riqueza,
humilla y también enaltece.

El levanta del polvo al desvalido
y alza al pobre de la miseria,
para hacerlos sentar con los príncipes
y darles en herencia un trono de gloria.





Evangelio según San Lucas 1,46-56. 
María dijo entonces:
"Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz".
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. 

Reflexión:

1Sam. 1, 24-28. Ana consagra de por vida su hijo Samuel, desde pequeño, al Señor. Como consagrado a Dios, Samuel ejercerá el ministerio sacerdotal en la presencia de Dios. Pero, de un modo especial Dios lo distinguirá con el ministerio profético. Finalmente Samuel ejercerá también el papel de Juez, y será el enlace entre el régimen tribal y el monárquico en Israel. Como que percibimos en la persona misma de Samuel un anuncio profético acerca de la persona de Jesús, el cual será Sacerdote, Profeta y Rey-Pastor de su Pueblo. Los que vivimos unidos a Cristo participamos, conforme a la medida de la gracia recibida, de esa triple función. Habiendo quedado consagrados al Señor de por vida desde nuestro bautismo, no nos quedemos mudos en nuestro testimonio de fe; tratemos, más bien, de ser colaboradores activos y valientes en la construcción del Reino de Dios entre nosotros, mediante el anuncio del Evangelio, mediante la preocupación constante por el bien y la salvación de los demás, y a través de la oración y el culto que le tributemos a Dios.

1Sam. 2, 1. 4-8. Este cántico de Ana está muy relacionado con el cántico de María, la Madre de Jesús. Dios se ha acordado de Ana que vivía seca, estéril y sin esperanza, pues Dios es el que da la muerte y la vida, el que hunde en el abismo y saca de él, el que empobrece y enriquece, el que humilla y engrandece. El que confíe en el Señor y se deje conducir por su Espíritu hará la obra de Dios, y, por su medio, Dios se manifestará como el Señor de la Vida a pesar de que la existencia pasada haya sido estéril en obras buenas. Aquellos que vivan engreídos y pagados de sí mismos lo único que harán, al rechazar a Dios, será encaminarse hacia su propia destrucción y humillación. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre en el Seno de María Virgen, se ha convertido para nosotros en nuestro poderoso defensor, de tal forma que sólo Él es el Camino que nos conduce a la salvación. Vivamos unidos a Él, consagrados a Él para que, recibiendo de Él la vida de Dios, seamos aquellos que continúen levantándose victoriosos sobre el pecado y la muerte, y no los vencidos y humillados por haberle abierto al mal las puertas de nuestra vida.

Lc. 1, 46-56. El Señor conoce hasta lo más profundo de nuestro corazón; y a pesar de que contempla nuestras miserias, Él nos ha elegido para santificarnos y mostrarnos su amor y su misericordia. Nuestro Dios y Padre no nos quiere convertidos en destructores de la esperanza de aquellos que viven en condiciones de pobreza, de enfermedad o de edad avanzada. El Señor, como el Buen Pastor, sale al encuentro no sólo de la oveja descarriada, sino también de la enferma, de la coja, de la ciega; y al buscarla para cargarla sobre sus hombros, para llevarla de vuelta al redil, nos está dando a entender que se ha puesto de parte de los que sufren y de los pecadores para liberarlos, para salvarlos. Él quiere que todos lleguemos a la participación de su Gloria; por eso nadie puede atrapar la salvación como propia y exclusiva; y si el Señor ha querido confiársela a su Iglesia no es para que la encierre, ni para que la distribuya entre aquellos que crea más conveniente, o entre aquellos de los que piense sacar más partido económico o de poder. Esa clase de poderosos, mercaderes de la religión, serán destronados de su poder malsanamente utilizado; pues sólo serán reconocidos como hijos de Dios y portadores de su Gracia aquellos que aprendan a ser misericordiosos con los demás, como Dios lo ha sido para con nosotros. Efectivamente sólo los humildes, los hambrientos y los misericordiosos serán exaltados por el mismo Dios, el cual los hará participar de la misma Vida y de la misma Gloria de su propio Hijo.

Nuestro Dios y Padre nos ha convocado, sin distinción de razas o de condiciones sociales, en torno suyo, como a hijos suyos a los que une el mismo Espíritu de Amor, que nos hace vivir en el amor fraterno. A pesar de nuestras miserias, tal vez demasiado grandes, el Señor nos ha manifestado misericordioso para con nosotros. Él, hecho uno de nosotros, ha salido a nuestro encuentro para perdonarnos, para levantarnos de nuestras miserias y para hacernos hijos de Dios, uniéndonos a Él en comunión de vida. Este es el misterio de salvación que celebramos en esta Eucaristía. Por eso tratemos de no vivir separados de Cristo, sino consagrados a Él de por vida, pues Él nos ha recibido como hijos suyos desde el día en que fuimos bautizados. La Eucaristía nos hace ser testigos del amor que Dios tiene a todos, para que después vayamos y proclamemos en el mundo entero lo que aquí hemos visto y oído.

Dios nos ha puesto como signo de su amor misericordioso para la humanidad de todos los tiempos y lugares. La Iglesia, efectivamente, continúa en la historia la obra salvadora de Dios, no por sí misma, sino por vivir unida en una alianza nueva y eterna con su Señor, Cristo Jesús. El Dios-con-nosotros sigue, así, saliendo como Salvador lleno de misericordia de generación en generación a buscar a las ovejas descarriadas, para volverlas al camino del bien; y al encuentro de los necesitados para remediar sus males. El cántico de María no sólo debe ser meditado, sino hecho vida en el seno de la Iglesia de Cristo como un cántico programático de salvación. Por eso no podemos decir que vivimos con lealtad nuestra fe cuando, aparentando una cercanía al Señor, vivimos destruyendo, oprimiendo, haciendo sufrir a los demás, o explotando a los pobres. Si queremos vivir con lealtad nuestra fe en Cristo tratemos de salir al encuentro de los que sufren para remediar sus males, y al encuentro de los pecadores para hacerles llegar la salvación, que Dios nos ha confiado para que la distribuyamos a todos, sin distinción alguna.

Roguémosle al Señor que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de saber amar a nuestro prójimo como nosotros hemos sido amados por Dios, de tal forma que a ninguno tratemos con signos de maldad ni de muerte, sino que, más bien, nos preocupemos de hacer el bien a todos para que, desde nosotros, todos conozcan el amor misericordioso de Dios, que se ha acercado al hombre para liberarlo del pecado y de la muerte, y conducirlo a la posesión de los bienes definitivos. Amén.


Santo Rosario por las Hnas Siervas de los corazones traspasados de Jesús y María Misterios Dolorosos - Martes y Viernes


Homilías de viva voz por el Padre Nelson Medina,O.P.

(Nota: Haga click en los enlaces para escuchar los audios) 

Núm.

Datos

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Más...

1
1995/12/22

El Cántico de María.
00:08:39
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2
1997/12/22

El Adviento, una escuela de oración.
00:19:07
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3
2000/12/22

El cántico de María debe ser también nuestro cántico.
00:11:52
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4
2004/12/22

Estar en necesidad abre una puerta en el corazón para recibir a Dios.
00:14:27
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5
2006/12/22

Creer en un Dios que hace proezas con nosotros porque se acuerda de su misericordia.
00:25:25
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6
2010/12/22

Ana y María son nuestras maestras de alabanza en este día. Ana, porque la esterilidad ha sido vencida; María, porque la virginidad es ahora fecunda.
00:04:07
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7
2011/12/22

El cántico de María es expresión de amor, de fe y de entrada en la batalla.
00:04:30
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8
2012/12/22

En el encuentro de Isabel y la Virgen María se abrazan el Antiguo y el Nuevo Testamento.
00:04:44
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9
2014/12/22

La alabanza brota al encuentro con el Dios que se deja conocer a través de sus obras de salvación y misericordia.
00:05:31
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10
2014/12/22

Lecciones de Ana, madre del profeta Samuel: (1) Bendecir; (2) Entender que el egoísmo es la peor esterilidad; (3) Saber que en Dios los hijos están siempre mejor.
00:07:35
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11
2015/12/22

Mujer, tu plenitud está en dar vida la cual se da en tu apertura a la gracia divina, a tu fe que crece y madura, y a tu fecundidad que le da santos al cielo.
00:04:23
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