De la fiesta.
29 de Septiembre
SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA).
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: EN LA HORA EN QUE CRISTO RESUCITA.
En la hora en que Cristo resucita,
clama Miguel, el poderoso príncipe:
«¿Quién como tú, mi Dios, Jesús humilde?
Al pecado de los hombres descendiste
y hoy el Padre te signa y te bendice.»
En la hora en que Cristo resucita,
Dice Gabriel, el que anunció a María:
«¡Exulta, Iglesia, virgen afligida,
el santo vencedor es tu Mesías!
Nadie podrá dar muerte a tu alegría.»
En la hora en que Cristo resucita,
Proclama Rafael, el peregrino:
«¡Glorificad conmigo a aquel que dijo:
Yo soy la luz del mundo y el camino!
¡Bendecidle, que el viaje está cumplido!»
En la hora en que Cristo resucita,
se ha tendido la escala misteriosa
y el coro de los ángeles le adora:
«¡Somos, Señor, los siervos de tu gloria,
cielo y tierra cantemos tu victoria!» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alabemos al Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabemos al Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
Ant 2. Ángeles del Señor, bendecid al Señor eternamente.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Ángeles del Señor, bendecid al Señor eternamente.
Ant 3. En el cielo, Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En el cielo, Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
LECTURA BREVE Gn 28, 12-13a
Vio Jacob en sueños una escalinata apoyada en la tierra y cuya cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio al Señor que estaba de pie sobre ella y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac.»
RESPONSORIO BREVE
V. El ángel se puso en pie junto al altar.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.
V. Con un incensario de oro en sus manos.
R. Junto al altar.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Os lo digo con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os lo digo con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
PRECES
Adoremos, hermanos, al Señor, a quien proclaman los ángeles a una voz, y digámosle con gozo:
Bendecid al Señor, todos sus ángeles.
Tú, Señor, que has dado órdenes a tus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos,
condúcenos hoy por tus sendas y no permitas que caigamos en el pecado.
Haz que te busquemos a ti en todo lo que hagamos
y seamos así semejantes a los ángeles que están viendo siempre tu rostro.
Concédenos, Señor, la pureza del alma y la castidad del cuerpo,
para que seamos como tus ángeles en el cielo.
Manda, Señor, en ayuda de tu pueblo al gran arcángel Miguel,
para que nos sintamos protegidos en nuestras luchas contra Satanás y sus ángeles.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Libro de Daniel 7,9-10.13-14.
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.
Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.
Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.4-5.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo.
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan
al oír las palabras de tu boca,
y canten los designios del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
Evangelio según San Juan 1,47-51.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.
Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido.
Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.4-5.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo.
y daré gracias a tu Nombre
por tu amor y tu fidelidad.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.
Que los reyes de la tierra te bendigan
al oír las palabras de tu boca,
y canten los designios del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
Evangelio según San Juan 1,47-51.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez".
"¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera".
Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".
Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía".
Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Dan. 7, 9-10. 13-14. El antiguo Pueblo de Dios ha sido dominado, sucesivamente, por cuatro reinos: Babilonios, Medos, Persas y Griegos. Conforme al sueño de la estatua que es derrumbada por una pequeña piedrecilla, que después crece hasta convertirse en una montaña que domina el mundo entero, ahora Daniel nos hace saber que una vez dominadas las cuatro bestias (o reinos) el Señor entregará el Reinado de su Pueblo a un Hijo de Hombre, cuyo poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Por medio de Cristo, el Enviado del Padre, el poder de la serpiente antigua o Satanás ha llegado a su fin. Quienes pertenecemos a Cristo debemos hacer nuestra su victoria y vivir sin la esclavitud al pecado. También nosotros hemos recibido una altísima misión: Hemos sido enviados para proclamar el Evangelio a todas las naciones. Por ello debemos ser signos de vida y no de muerte, signos de la victoria sobre el pecado y no signos de derrotados por el maligno ni de sometidos al pecado. Quien, finalmente, después de haber sido liberado por Cristo del mal, continúa en él, está indicando que su fe en Cristo no es real sino ficticia, pues aun cuando acuda a dar culto a Dios, si sus obras no concuerdan con su fe está viviendo una auténtica hipocresía ante Dios, ante la humanidad y ante sí mismo. El Señor nos pide que seamos de aquellos miles y millones que le sirven, que están a sus órdenes, pues sólo quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica es grato al Señor.
Sal. 137. Que el Señor reciba nuestros cantos de alabanza y de acción de gracias delante de sus ángeles, pues está muy por encima de todos los dioses, que ni son dioses, pues son hechura de manos humanas. Nosotros nos sentimos honrados por el amor que Dios nos tiene, y por su lealtad hacia nosotros a pesar de que nuestros caminos no han sido siempre rectos ante Él. Por eso, en el Templo, lugar en que el Señor habita entre nosotros, bendigamos la misericordia que nos ha manifestado por medio de Jesús, su Hijo nuestro Señor. Y puesto que además el Señor ha hecho su morada en nuestros corazones, hagamos de toda nuestra vida una continua alabanza en honor de su santo Nombre.
Jn. 1, 47-51. Dios nos ha enviado a su propio Hijo para que quienes, por medio de la fe, entremos en comunión de vida con Él, vivamos como verdaderos hijos de Dios sin doblez. Dios sabe de nuestra cercanía a Él. Él nos contempla aún antes de que iniciemos nuestro camino que nos lleve a encontrarnos y a unirnos a Él. Esforcémonos continuamente en escuchar con fidelidad su Palabra para que, en verdad, seamos dignos de contemplar y gozar lo máximo que Dios puede ofrecernos: su Gloria como hijos en el Hijo. Jesús se ha convertido para nosotros como en la Scala Sancta (Escalera Santa) por la cual podemos llegar a la posesión de los Bienes que nuestro Padre Dios ha reservado para lo que le viven fieles. Fuera de Jesús no hay otro Camino que nos conduzca al Padre, no hay otro camino que nos haga conocer el amor de Dios. Por Él suben los mensajeros divinos para experimentar el amor de Dios y volver después a sus hermanos para proclamarles lo que sus ojos vieron, lo que sus oídos oyeron, lo que sus manos tocaron, lo que en su vida experimentaron acerca del Hijo de Dios, acerca del amor que Dios nos tiene, y acerca de los bienes que Dios ha reservado para nosotros. Nadie puede pretender convertirse en mensajero de la Buena Nueva, si antes no ha subido a Dios mediante la oración, meditación y experiencia de su Palabra, pues sólo quienes vienen del Desierto Sonoro, donde sólo se ha vivido en intimidad con Dios, pueden darnos testimonio de Él, ya que no son los sabios conforme a los criterios de este mundo, sino los santos quienes pueden colaborar para que la salvación llegue a nosotros.
Celebrando en esta Eucaristía la festividad de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, celebramos al mismo Dios que ha santificado, por medio de Jesús, incluso a los mismos espíritus celestes, pues nadie puede ver ni gozar de Dios sino por medio de Jesús, ya que no hay otro Nombre en el cielo (para los espíritus celestes) ni en la tierra (para los hombres) mediante el cual se pueda alcanzar la salvación. Se está a favor o en contra de Jesús; quien lo acepta y está dispuesto a hacer su voluntad, alcanza la perfección, la santidad que nos viene por medio de Él. Nosotros, mientras caminamos por este mundo, decidimos hacer nuestra la fe en Jesús y entrar en comunión de vida con Él. Vivimos la fe en un constante vaivén de fidelidad-infidelidad-fidelidad. Terminado nuestro camino por este mundo no habrá posibilidad de rectificación de aquello que, finalmente hayamos decidido. Entonces quedaremos estables en un punto de perfección o imperfección; entonces, por medio de Cristo, habremos subido para estar con el Señor eternamente; o por nuestro rechazo de Cristo habremos descendido para alejarnos para siempre de Él; finalmente Él hará que muchos caigan o se levanten convirtiéndose, así, en signo de contradicción. Ojalá y nuestra unión con el Señor en esta Eucaristía no sea sólo un haber venido a su presencia movidos por la tradición cristiana, sino por la frescura del amor que nos lleve a entrar en comunión de Vida con Cristo para iniciar un camino que nos haga ser, día a día, un signo cada vez más claro del Amor de Dios y de su Vida, de su Salvación que se hace entrega a favor de todos los hombres por medio de su Iglesia; entonces, nuestra Comunidad de Fe, será, por su unión con Cristo, la forma que la Providencia ha querido regalar a la humanidad para que todos puedan subir, acercarse, tener acceso a Aquel que es la Vida, el Amor, la Paz, la Gloria que se ofrece a toda la humanidad.
Dios, habiéndonos llenado de su Vida, de su Amor, de su Misericordia; finalmente llenándonos de su Presencia, quiere que vayamos a nuestras labores diarias como mensajeros suyos, llevando todos estos dones a todas las personas. Quien vive como mensajero de la destrucción y de la muerte quiere decir que, aun cuando aparentemente se une a Dios mediante el Culto en comunidad y la oración personal, finalmente ha unido su vida al mal y no a Dios, que es la Bondad misma. Tratemos de no ser mensajeros de malas, sino de la Buena Noticia del amor misericordioso de Dios. Que llevemos ese mensaje de salvación no sólo con los labios, sino con las obras, con las actitudes y con la vida misma. Entonces, en verdad, estaremos colaborando para que, quienes entren en contacto con nosotros, puedan acercarse cada día más a Dios con un corazón que no sólo se purifique del mal, sino que se llene de la presencia del mismo Dios para pasar, por esta vida, haciendo el bien a todos.
Que Dios nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María y de los santos Arcángeles que hoy celebramos, la gracia de tener una fuerte experiencia personal de Cristo en nosotros, de tal forma que, en verdad, seamos portadores de la vida de la gracia que Dios quiere que llegue a todos los hombres. Amén.
www.homiliacatolica.com
Santo Rosario por las Hnas Siervas de los corazones traspasados de Jesús y María Misterios Dolorosos - Martes y Viernes
Homilías de viva voz por el Padre Nelson Medina,O.P.
(Nota: Haga click en los enlaces para escuchar los audios)
Núm. | Datos | Escuchar | Más... |
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1997/09/29
| ¿Con qué derecho nos estamos privando de la amistad con los Santos Ángeles? 00:29:57 | |
2
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1998/09/29
| La presencia de los Santos Ángeles trae luz sobre nuestra propia historia y sobre la historia humana. 00:08:15 | |
3
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2000/09/29
| Los nombres de los Santos Arcángeles son una excepción. 00:14:43 | |
4
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2000/09/29
| Los Ángeles son servidores continuos de Dios en la obra de nuestra salvación. 00:19:43 | |
5
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2011/09/29
| Hay muchísimos arcángeles, pero la Iglesia venera con particular devoción a aquellos cuyos nombres aparecen en la Escritura: Rafael, Gabriel y Miguel. 00:04:43 | |
6
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2011/09/29
| Un discernimiento profundo llega a descubrir que entre los problemas estructurales y los puramente personales está la noción de "forma," tan provechosa para hablar de almas y de ángeles. 00:18:11 | |
7
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2012/09/29
| Entre el escepticismo cientificista y la credulidad de la Nueva Era está la postura sana y bella de la Iglesia Católica, en cuanto a los ángeles. 00:04:56 | |
8
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2014/09/29
| Utilizar nombres de ángeles que no aparecen en la Biblia es exponerse a invocar cualquier tipo de fuerza oscura. 00:04:42 | |
9
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2014/09/29
| Las riquezas espirituales de los Santos Ángeles derivan de Cristo y hacia Él conducen. 00:17:23 | |
10
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2015/09/29
| Agradezcamos a Dios por las misiones bellas, perfectamente realizadas por los santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel y pidamos su protección sobre nosotros. 00:04:54 |
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