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miércoles, 2 de septiembre de 2015

"En tu presencia cada día" - para el miércoles 2 de septiembre 2015

MIÉRCOLES DE LA SEMANA XXIIDe la Feria. Salterio II2 de septiembre LAUDES(Oración de la mañana)INVOCACIÓN INICIALV. Señor abre mis labiosR. Y mi boca proclamará tu alabanzaINVITATORIOAnt. Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría. 



Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,demos vítores a la Roca que nos salva;entremos a su presencia dándole gracias,aclamándolo con cantos.Porque el Señor es un Dios grande,soberano de todos los dioses:tiene en su mano las simas de la tierra,son suyas las cumbres de los montes;suyo es el mar, porque él lo hizo,la tierra firme que modelaron sus manos.Venid, postrémonos por tierra,bendiciendo al Señor, creador nuestro.Porque él es nuestro Dios,y nosotros su pueblo,el rebaño que él guía.Ojalá escuchéis hoy su voz:«No endurezcáis el corazón como en Meribá,como el día de Masá en el desierto;cuando vuestros padres me pusieron a pruebay dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.Durante cuarenta añosaquella generación me repugnó, y dije:Es un pueblo de corazón extraviado,que no reconoce mi camino;por eso he jurado en mi cóleraque no entrarán en mi descanso»Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: NACIDOS DE LA LUZ, HIJOS DEL DÍA.Nacidos de la luz, hijos del día,Vamos hacia el Señor de la mañana.Su claridad disipa nuestras sombrasy alegra y regocija nuestras almas.Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,nos libre para siempre del pecado,y podamos así gozar la herenciaque nos legó en su Hijo muy amado.Honor y gloria a Dios, Padre celeste,por medio de su Hijo Jesucristo,y al Don de toda luz, el Santo Espíritu,que vive por los siglos de los siglos. Amén. 
SALMODIA
Ant 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? 
Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando,Alzo mi voz a Dios para que me oiga.En mi angustia te busco, Señor mío;de noche extiendo las manos sin descanso,y mi alma rehúsa el consuelo.Cuando me acuerdo de Dios, gimo,y meditando me siento desfallecer.Sujetas los párpados de mis ojos,y la agitación no me deja hablar.Repaso los días antiguos,recuerdo los años remotos;de noche lo pienso en mis adentros,y meditándolo me pregunto:¿Es que el Señor nos rechaza para siemprey ya no volverá a favorecernos?¿Se ha agotado ya su misericordia,se ha terminado para siempre su promesa?¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,o la cólera cierra sus entrañas?Y me digo: ¡Qué pena la mía!¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!Recuerdo las proezas del Señor;sí, recuerdo tus antiguos portentos,medito todas tus obrasy considero tus hazañas.Dios mío, tus caminos son santos:¿qué dios es grande como nuestro Dios?Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,mostraste tu poder a los pueblos;con tu brazo rescataste a tu pueblo,a los hijos de Jacob y de José.Te vio el mar, ¡oh Dios!,te vio el mar y tembló,las olas se estremecieron.Las nubes descargaban sus aguas,retumbaban los nubarrones,tus saetas zigzagueaban.Rodaba el fragor de tu trueno,los relámpagos deslumbraban el orbe,la tierra retembló estremecida.Tú te abriste camino por las aguas,un vado por las aguas caudalosas,y no quedaba rastro de tus huellas:mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? 
Ant 2. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece. 
Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,mi poder se exalta por Dios;mi boca se ríe de mis enemigos,porque gozo con tu salvación. No hay santo como el Señor,no hay roca como nuestro Dios.No multipliquéis discursos altivos,no echéis por la boca arrogancias,porque el Señor es un Dios que sabe;él es quien pesa las acciones.Se rompen los arcos de los valientes,mientras los cobardes se ciñen de valor;los hartos se contratan por el pan,mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;la mujer estéril da a luz siete hijos,mientras la madre de muchos se marchita.El Señor da la muerte y la vida,hunde en el abismo y levanta;da la pobreza y la riqueza,humilla y enaltece.Él levanta del polvo al desvalido,alza de la basura al pobre,para hacer que se siente entre príncipesy que herede un trono de gloria;pues del Señor son los pilares de la tierra,y sobre ellos afianzó el orbe.Él guarda los pasos de sus amigos,mientras los malvados perecen en las tinieblas,porque el hombre no triunfa por su fuerza.El Señor desbarata a sus contrarios,el Altísimo truena desde el cielo,el Señor juzga hasta el confín de la tierra.él da fuerza a su Rey,exalta el poder de su Ungido. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece. 
Ant 3. El Señor reina, la tierra goza. 
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,se alegran las islas innumerables.Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono.Delante de él avanza fuego abrasando en torno a los enemigos;sus relámpagos deslumbran el orbe,y, viéndolos, la tierra se estremece.Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra;los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su orgullo en los ídolos; ante él se postran todos los dioses.Lo oye Sión, y se alegra,se regocijan las ciudades de Judápor tus sentencias, Señor;porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra,encumbrado sobre todos los dioses.El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles y los libra de los malvados.Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor reina, la tierra goza.
 LECTURA BREVE   Rm 8, 35. 37
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. 
RESPONSORIO BREVEV. 
Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento. 

CÁNTICO EVANGÉLICOAnt. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,porque ha visitado y redimido a su pueblo.suscitándonos una fuerza de salvaciónen la casa de David, su siervo,según lo había predicho desde antiguopor boca de sus santos profetas:Es la salvación que nos libra de nuestros enemigosy de la mano de todos los que nos odian;ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,recordando su santa alianzay el juramento que juró a nuestro padre Abraham.Para concedernos que, libres de temor,arrancados de la mano de los enemigos,le sirvamos con santidad y justicia,en su presencia, todos nuestros días.Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,porque irás delante del Señora preparar sus caminos,anunciando a su pueblo la salvación,el perdón de sus pecados.Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,nos visitará el sol que nace de lo alto,para iluminar a los que viven en tinieblay en sombra de muerte,para guiar nuestros pasospor el camino de la paz.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.

PRECESOremos a nuestro Señor Jesucristo, que prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y digámosle confiados:
Escúchanos, Señor.Quédate con nosotros, Señor, durante todo el día:
que la luz de tu gracia no conozca nunca el anochecer en nuestras vidas.

Que el trabajo de este día sea como una oblación sin defecto,y que sea agradable a tus ojos.
Que en todas nuestras palabras y acciones seamos hoy luz del mundoy sal de la tierra para cuantos nos traten.Que la gracia del Espíritu Santo habite en nuestros corazones y resplandezca en nuestras obraspara que así permanezcamos en tu amor y en tu alabanza.

Se pueden añadir algunas intenciones libresTerminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal: 
Padre nuestro...
ORACIONEnvía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libres de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Lecturas y Evangelio del DiaLectura Misa del Dia Miércoles Septiembre 02 2015Miércoles de la XXII semana del Tiempo ordinario

Colosenses: 1, 1-8La palabra de la verdad ha llegado a ustedes y a todo el mundo.Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, nuestro hermano, les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, a ustedes, los hermanos santos y fieles en Cristo, que viven en Colosas.En todo momento damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y oramos por ustedes, pues hemos tenido noticia de su fe en Jesucristo y del amor que tienen a todos los hermanos. A esto los anima la esperanza de lo que Dios les tiene reservado en el cielo. De esta esperanza oyeron hablar cuando se les predicó el Evangelio de la verdad, que está dando fruto creciente en todo el mundo, igual que entre ustedes, desde el día en que lo escucharon y tuvieron conocimiento verdadero del don gratuito de Dios. Así lo aprendieron de Epafras, que ha trabajado con ustedes y que es un fiel servidor de Jesucristo; él fue quien nos informó acerca del amor que el Espíritu Santo ha encendido en ustedes. 

Del salmo 51Confió para siempre en el amor de Dios.Como verde olivo en la casa del Señor, confío para siempre en el amor de Dios. R/. Siempre te daré gracias, Señor, por lo que has hecho conmigo. Delante de tus fieles proclamaré todo lo bueno que eres. R/. 

San Lucas: 4, 38-44También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, pues para eso he sido enviado.En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y Él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero Él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que Él era el Mesías.Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero Él les dijo: "También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado". Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea.
Reflexión de las lecturas
Col. 1, 1-8. Pablo, y Timoteo, se dirigen en una carta, llena de afecto, a los cristianos de Colosas, comunidad fundada por Epafras, discípulo de san Pablo y, en ese momento, compañeros en la cárcel. Pablo llama santos a los Colosenses, consciente de que participan de la misma dignidad del Hijo de Dios, Jesucristo, por su unión a Él. Efectivamente: así como una persona sin linaje, unida en alianza matrimonial con un personaje importante participa del linaje de este último, y como tal se le ha de reconocer por todos; así, quien se une a Cristo en Alianza con Él, en Él participa de la gracia que le corresponde como a Hijo único del Padre Dios. Sin embargo no basta esa Alianza con el Señor para ser santos; hay que vivirle fieles; y así Pablo lo expresa: Los hermanos santos y fieles en Cristo. De esta manera, junto con Pablo y con todos los que se han unido al Señor, participan de la Gracia que Dios comunica a quienes han pronunciado su sí, lleno de amor, a la oferta salvadora que Dios nos hace para vivir unidos a Él sin desviarse por caminos equivocados. Nuestra fe en Cristo nos ha de llevar al amor fraterno aún en medio de grandes dificultades, sin perder la esperanza de que, al final, después de haber pasado por grandes tribulaciones, viviremos unidos eternamente al Señor. Conscientes de que esa unión ya se ha iniciado en esta vida, hemos de manifestar con obras, que el Evangelio crece y fructifica día a día en nosotros y no se ha quedado como una semilla sembrada en un terreno estéril. Trabajemos, pues, constantemente, guiados por el Espíritu Santo, para que el Reino de Dios llegue en nosotros a su plenitud

.Sal. 51. Muchas persecuciones sufre el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. El malvado se engríe en su maldad, se abalanza sobre los pobres e indefensos para maltratarlos y acabar con ellos, y piensa: Dios no lo ve, el Señor se oculta para no enterarse. Sin embargo, por los huesos del justo vela Dios y no le alcanzará la maldad de los inicuos. Por eso, quien confía en el Señor y en su amor sabe que ha plantado su vida como se plantan los olivos junto a las corrientes de los ríos y no le alcanzará tormento alguno; a pesar de los contratiempos, su esperanza en el Señor le conservará constantemente dando frutos de bondad, pues la presencia del Señor en el hombre justo no puede quedar infecunda, a pesar de la persecución y la muerte. Confiados en el amor que el Señor nos tiene ofrezcámosle, no sólo un sacrificio de acción de gracias, sino toda nuestra vida convertida en un continuo sacrificio de alabanza a su Santo Nombre.
Lc. 4, 38-44. Buscar a Jesús; ojalá y no sea sólo para recibir la curación o la solución a problemas que nos agobien. Ciertamente que por medio de Él Dios se ha manifestado misericordioso con nosotros; y, también es cierto que cuando por medio de alguna persona recibimos el remedio de nuestros males nos apegamos a esa persona y las multitudes no le dejan espacio ni para comer. Sin embargo Jesús no vino como un curandero; Él ha venido como el Hijo de Dios que nos libera de la esclavitud del pecado; que nos desata de nuestros males para que trabajemos en el bien y construyamos su Reino. La Iglesia tiene como vocación el anuncio del Reino de Dios en todas partes. A partir de vivir y caminar en el amor que procede de Dios, será posible construir un mundo más justo, con menos pobreza y con más oportunidades para que todos disfruten de una vida más digna. Es necesario que no sólo nos fijemos en la solución de la enfermedad y de la pobreza material; tenemos que luchar porque el Reino de Dios nos quite nuestro anquilosamiento espiritual, que nos hace vivir como postrados en cama, sólo pensando en nosotros mismos y en nuestro provecho personal. Hemos de permitir que el Espíritu de Dios nos levante y nos ponga a servir, en amor fraterno, a quienes necesitan de una mano, no que los explote y maltrate, sino que les sirva con el amor que procede de Dios y habita en nosotros.En esta Eucaristía nos reúne Aquel que no sólo vino a aliviar nuestros sufrimientos y a soportar nuestros dolores, sino también a cargar sobre sí nuestras culpas y a interceder por nosotros, pecadores, para que por sus llagas fuéramos curados, fueran perdonados nuestros pecados. Por eso Dios lo resucitó de entre los muertos y le dio un Nombre que está por encima de todo nombre. La Celebración de la Eucaristía nos hace comprender el amor que el Señor nos tiene y cómo, a costa de la entrega de su propia vida, nos ha elevado a la dignidad de hijos de Dios, manifestándonos, así, un amor como nadie más puede tenernos.Quienes Creemos en Cristo y nos hemos hecho uno con Él debemos meditar en el banquete que el Señor nos ha preparado; cómo Él nos alimenta con la entrega de su propia vida, para que nosotros tengamos vida; para que, así como Él nos ha amado, nos amemos los unos a los otros. El verdadero discípulo del Señor no sólo recibe la Palabra que lo salva y se alimenta de ella, sino que se convierte en portador de la misma, para que otros conozcan al Señor, reciban la salvación que Él nos ha traído, y puedan, también ellos, esforzarse para que más y más vayan al Señor y se dejen salvar por Él. Quien destruye la vida de su prójimo, quien mata sus ilusiones, quien le deja inutilizado para caminar y progresar, quien le escandaliza y destruye en él el amor de Dios, no puede en verdad llamarse hijo de Dios, pues el Señor no vino a destruir, sino a salvar a todos los que se habían perdido y desbalagado como ovejas sin pastor; y esta es la misma misión que ha confiado a su Iglesia, comunidad de fe en Él.Que el Señor nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de abrir nuestro corazón para que en él habite el amor misericordioso de Dios, de tal forma que desde nosotros produzca fruto abundante que, convertido en un serio apostolado a favor del Evangelio, nos convierta en colaboradores que ayuden a que la semilla de la Buena Nueva pueda ser sembrada en el corazón de todos los hombres, de tal forma que, convertidos en testigos del Dios-Amor podamos construir, en verdad, entre nosotros su Reino. Amén.


El Santo Rosario por las Hnas Siervas de los corazones traspasados de Jesú y María
 Misterios Gloriosos - Miércoles y Domingo                                                                                                                           

Homilías de viva voz por el Padre Nelson Madina, O.P





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